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20 de diciembre de 2009

EL CINE BARCELÓ. (Tercer round, es el turno de Gutiérrez Soto). Homenaje en el dia de su 78 cumpleaños.


D. Luis Gutiérrez Soto, que hacía tan solo dos años había inaugurado el Cinema Europa, nos sorprendía ahora con la que sería su obra máxima, el Cine Barceló. Aunque la sala no tenía el tamaño ni los acabados exteriores que tuvo el Cinema Europa, se considera a esta sala como el mejor ejemplo del racionalismo en Madrid. El cine Barceló se construyó en un solar de forma trapezoidal en una esquina entre las calles Barceló  11 y Larra 2 para el empresario D. Nicolás Hermosilla. La estructura del inmueble se realizó enteramente en hormigón armado y se levantó en seis alturas más dos de sótano, construyendo sus fachadas con ladrillo macizo revocadas con cemento, dejando paños de ladrillo al descubierto, cuerpos modulares salientes y terrazas que se sobreponían unas sobre otras; en la esquina y coronando el edificio,  se levantó un alto cuerpo circular que daba cobijo a la cabina de proyección del cine de verano.


Obra realizada por el pintor Danian Flores. El Cine Barceló.


Alzado principal del proyecto del Cine Barceló.


Alzado lateral del Cine Barceló.


 

Dos planos con diferencias de la planta baja del local, el segundo es el que se realizó.

Dicen que este se construyó basándose en un proyecto ya realizado con anterioridad por Eduardo Sánchez Eznarriaga, nos referimos al teatro Odeón, hoy conocido como Calderón, levantado trece años antes en la calle de Atocha. Por esta regla de tres, Francisco Alonso Martos, debió dejarse influenciar también por estos para la construcción del Cine Salamanca, ¿O quizás era esta la solución correcta para este tipo de solares, y ninguno se copio del otro?  El Cine Barceló se levanto tomando como eje una de las diagonales del solar, dejando el escenario en su ángulo interior, repitiendo idéntica disposición para la sala de fiestas que se construiría en las dos plantas de sótano inferiores. La entrada al cinematógrafo se realizaba bajo el cuerpo circular que formaba la esquina, a través de tres puertas, que conducían directamente al vestíbulo principal, desde donde arrancaban las escaleras de acceso a las plantas superiores. En su techo un hueco con barandilla de la entreplanta confería a la estancia doble altura.


Una magnífica imagen del cine Barceló recién inaugurado al principio de los años 30.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 249 de mi libro "Cines de Madrid"

3 de diciembre de 2009

EL MOTOCINE BARAJAS (Reposición.)( El gran invento americano que nos duró dos dias )

A finales de los años 50, apareció en Madrid el que sería el primer moto-cine / auto-cine de España y segundo de Europa.
La obra fue diseñada por el ingeniero D. Severino Bello Lasierra y el arquitecto de renombre D. Fernando Chueca Goitia.


Una vista general del complejo, en el lateral izquierdo el poblado de Ciudad Pegaso.

Las condiciones primordiales para la ubicación de los autocines eran un amplio parque automovilístico y unas condiciones meteorológicas favorables. A estos dos factores había que sumarles la cercanía de la base aérea norteamericana de Torrejón de Ardóz, de la que se esperaba fuese su mayor benefactor. El complejo se construyó como destacábamos anteriormente en unos terrenos cercanos a la Autopista del aeropuerto Barajas, y al barrio de Canillejas. Tenía como todos los de su clase forma de abanico y la pantalla estaba colocada en contra del sol para comenzar la proyección a última hora de la tarde sin que los últimos rayos molestasen. Los coches se distribuirían en 13 filas colocadas radialmente con capacidad para 700 automóviles. Cada una de las filas estaba separada 12 metros pudiendo así acceder a los estacionamientos sin realizar ninguna maniobra. El espacio entre vehículos era aproximadamente de tres metros.


Planta del conjunto.

La pantalla fue construida con cimentación de hormigón armado y estructura metálica, por la casa Fabrimetal, esta que era de forma parabólica para conseguir una visión perfecta desde cualquiera de los ángulos, tenía una altura de 15 metros, aproximadamente unas cuatro plantas de una vivienda cualquiera, y una anchura de 42 metros, realizándose la proyección desde la cabina instalada en el centro del abanico a unos 100 metros de distancia. Esta era una construcción realizada en ladrillo, semienterrada para no quitar visión a los vehículos estacionados detrás de ella, que además albergaba uno de los grupos de retretes repartidos por el recinto.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 296 de mi libro "Cines de Madrid"

29 de noviembre de 2009

EL CINE MARVI ( Una pequeña sala de barrio)

El Cine Marvi se construyó en un terreno de forma casi rectangular en una esquina de la calle Cartagena, en el número 89, con vuelta a la calle de Coslada, casi en la Avenida de América. La sala que fue proyectada por los arquitectos D. Felipe Heredero y D. Carlos Sobrini se levantó en cuatro alturas y se construyó íntegramente en hormigón armado con cubierta metálica.


El Cine Marvi recién inaugurado.

El local era sencillo, moderno y muy acogedor, estando todas sus estancias decoradas con materiales de última generación. Su fachada principal estaba realizada en ladrillo visto formando un amplio paño en su lateral derecho, dejando un hueco acristalado en su flanco izquierdo que vislumbraba las escaleras de accesos a las plantas superiores y vestíbulos. Sobre este amplio ventanal destacaba un saliente en hormigón armado donde se colocó el cartel de neón, que debido a la perspectiva que tomaba el saliente se veía claramente desde la misma Avenida de América.


Alzado principal del cine Marvi.

El lateral a la calle Coslada estaba dividido en tres partes, dos de ellas en los extremos, cubiertas de mármol color grisáceo y una central formada por un gran paño de ladrillo visto. La silueta lateral era escalonada, siendo su parte más baja la más cercana a la pantalla, al fondo de la finca.


Sección de la sala.

La entrada a la sala se hacía a través de un gran hueco central con dos puertas de dos hojas que nos daban acceso al hall o vestíbulo principal, a ambos lados de la puerta principal se encontraban otros dos huecos con dos puertas más cada uno de ellos, utilizados fundamentalmente para el desalojo de la sala. El vestíbulo era alto, teniendo un hueco en su techo que dejaba entrever las plantas superiores y escaleras de accesos, al igual que la gran vidriera a la calle que inundaba de luz cenital el local. Estaba solado con piedra artificial y las carpinterías se habían realizado todas en aluminio anodinado por los talleres Paulino Moreno, las paredes estaban cubiertas por telas y alicatadas con piedra artificial, en los techos se había realizado un esmerado trabajo de escayola que escondía la iluminación indirecta. Frente a la puerta principal se encontraba el guardarropa.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 291 de mi libro "Cines de Madrid"

15 de noviembre de 2009

EL MONUMENTAL CINEMA. (Anasagasti vs Gutiérrez Soto. 2º round)

Una mañana como otra cualquiera del frío mes de Octubre de 1923, caminaban hacia la obra, el Sr. Teodoro Anasagasti arquitecto del edificio y algunos compañeros, cuando en un cartel vieron que se anunciaba la apertura inminente del que sería el cinematógrafo más grande de la capital, el Monumental Cinema. ¿Sería posible? ¿Quién habría mandado colocar aquellos carteles? ¿Cómo iba a abrir este edificio en el que aún falta trabajo para al menos tres meses?
Cuando llegaron a la obra el trabajo era inusitado, todos corrían de un lado para otro, el pintor, el carpintero, el cerrajero, el electricista, todos marchaban con la ambición de acabar lo antes posible. El presidente del consejo, el Sr. Ricardo Urgoiti, se encontraba en la obra acompañado de sus consejeros y secretarios. ¡Desengáñense ustedes, esta es la única forma de acabar! En dos días este local estará rebosante de gente, así que sea como sea tiene que estar acabado. Quedaban cientos de butacas por colocar, los montadores corrían como hormigas en mitad de una carretera, mientras el jefe del personal ensayaba con los acomodadores entre las imaginarias filas de asientos. La orquesta guiada por el maestro Escobar, ensayaba incesante bajo el escenario, los obreros se quedaban embelesados con su herramientas en mano, alguien les gritaban y continuaban con el tajo. Tablones que caían, martillazos de los entarimadores, voces de mando, y maldiciones constantes. Una nube de polvo y yeso envolvía el ambiente. La gente ya formaba cola en la calle para adquirir las localidades, ¡Dios mío, no puede ser!!!! las taquillas aún no están terminadas. Según nos cuenta la detallada información de la que extraigo este artículo (Revista La Construcción Moderna Num. 21 15 Nov. 1923) los madrileños tenían una inusitada afición a hacer colas para todo, filas en la panadería, en los estancos, en las liquidaciones.
El día de la inauguración, ya había llegado, donde aún no había dado tiempo a colocar el solado, un parche de cemento o una alfombra, ¡ya se terminara después! donde faltaba una baranda de hierro, el carpintero con dos tablones construía una, los electricistas, locos no sabían como empalmar la madeja de hilos que recorría el local, escaleras, puntales, cubos, brochas, martillos, ¡Dios mío que organización! Ruiz, el tapicero sustituía con sedalina plisada los cristales que no estaban colocados. Faltaban las puertas principales, la casa Manmenjean encargada de ellas, nos anunciaba que no estarían listas ni en quince días. ¿Cómo que quince días? , tienen que estar montadas en el momento de la inauguración, aunque sean unas provisionales hechas con los modelos que tengan en el taller. ¡Allí tienen ustedes unas vidrieras de caballos que irán muy bien! ¡Lléveselas y hágame las tres puertas! A los cinco minutos suena el teléfono. ¿Qué ocurre? ¿Cómo va la cosa? Estamos en ello pero solo tenemos un caballo para las vidrieras, ¿Qué pongo en los demás huecos? Lo que quiera como si quiere poner burras, las puertas solo duraran quince días. A falta de dos horas para la apertura del local los muros del vestíbulo se comienzan a pintar, de abajo a arriba se les ha dicho, al revés de lo normal, aquí todo marcha al revés, la fachada aún ostentaba el andamio de madera que se veía cuajado de pintores ¡Vamos, vamos señores! ¿Cuanto tiempo hace falta para desmontar esto? Preguntaba el Sr. Urgoiti. ¡De ocho a diez horas señor! Tienen hora y media para desmontarlo todo, son ustedes seis obreros hábiles, serán recompensados. El andamio se comienza a desmontar y los pintores corren apresurados porque les quitan los tablones de apoyo. La fachada se ve limpia e impoluta, los primeros espectadores empezaron a entrar en el local saltando sobre los tableros; aún los pintores estaban rematando la faena y ya se oía el preludio de la orquesta, la multitud invadía el local, por la puerta principal mientras los obreros huían despavoridos por la puerta de servicio, cargados de achiperres. La licencia de apertura llegó por teléfono, pero viendo lo visto creo que les hubiera importado poco.


La embocadura y pantalla del Cinema Monumental.

En un solar irregular de la calle de Atocha 65, donde estuvo el Real Hospital de Aragoneses, Catalanes y Valencianos, derribado por su estado de ruina, se construiría hacia 1922 el que llegó a ser uno de los mejores locales de Europa. El solar estaba compuesto de veintidós caras y tenía acceso desde dos calles, Atocha en su confluencia con la plaza de Antón Martín y un pequeño, pero muy eficiente hueco, por la calle del León. Las obras que duraron diecisiete meses, levantaron una magnífica estructura de hormigón armado llevada a cabo bajo la dirección del constructor Francisco Muñoz y construida por la Sociedad de Cementos Pórtland de Sestaó, que aún hoy en día resiste impasible el paso de aquella gente que casi lo arroya todo. Muchos dudaron de la efectividad de este e incluso esperaron varias semanas hasta comprobarlo por ellos mismos que aquello no se caía antes de asistir como espectadores.


Una imagen tomada desde la plaza de Antón Martín de la obra ya avanzada.

El aforo del local fue un poco especulativo y no muy concreto, algunos nombran 4.000 espectadores otros 3.600, quizás aún no lo tengan claro, el primer anfiteatro o entresuelo, tenía un aforo de 1.200 espectadores, otro sobre este o principal, 1.000 más, el resto en el patio de butacas de la planta calle. Para atestiguarse la fiabilidad del material constructivo, se realizaron multitud de pruebas de resistencia, colocando durante 25 días, 2.500 sacos de arena con 60 kilos cada uno llegando a producir cargas de hasta 450 y 500 kilos por metro cuadrado.



Dos imágenes de las rampas de entresuelo y principal cargadas con sacos.

Para la techumbre se utilizó gigantescas vigas de hierro apoyadas en cuatro vértices de la sala que dejaban huecos de 27 metros de luz y apoyo con una reacción de 35 toneladas, construidas por la empresa S.A. Torras.


Las escaleras sobrecargadas en exceso para verificar su aguante.

Para sus fachadas se utilizó el mismo esquema que Anasagati había realizado ya con anterioridad en el Real Cinema de la Plaza de Isabel II. Juego de volúmenes y salientes en la zona central, rematados por dos torreones a los lados decorados con sencillez, columnas en ladrillo y tonos ocres en los paños lisos, detalles modernistas en forja en parapetos de ventanas y barandillas. Las jambas de los huecos superiores iban adornadas con pequeñas columnas revestidas de cerámica de mosaico de juego de damas, en verde y negro. Sobre las cuatro taquillas dos pequeñas marquesinas de hormigón y sobre los tres grandes huecos de la entrada otras, esta vez de formas redondeadas.


El Monumental Cinema días después de su inauguración.

En la parte superior un hermoso cartel presidía la fachada, en él se leía MONUMENTAL CINEMA. Además contaba con mil detalles de buen gusto como los magníficos faroles de bronce que pendían de su portada, o las puertas y ventanas que estaban adornadas con valiosas vidrieras.
La entrada al local se hacía a través de los tres grandes huecos con arcos de medio punto que habíamos mencionando anteriormente, el vestíbulo era muy amplio y diáfano, fue el único lugar donde se había utilizado escayola para decorar techos, el resto iba al descubierto dejando entrever el forjado de hormigón. El suelo de la estancia estaba realizado en mosaicos enteros, y las paredes engalanadas con hermosos tonos de color, tres columnas octogonales de hormigón armado sujetaban el forjado de los pisos superiores, dejando el resto del espacio completamente diáfano.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 190 de mi libro "Cines de Madrid"

9 de noviembre de 2009

EL CINEMA EUROPA (El pasaje del terror)

En la popular calle de Bravo Murillo, en el extremo norte de la capital y arteria principal del barrio obrero de Cuatro Caminos, se construyó en 1928, por iniciativa de D. Francisco de la Vega, D. Manuel Vicente y del famoso arquitecto D. Luis Gutiérrez Soto, un magnífico inmueble destinado a cinematógrafo. El diseño del edificio exigía que se construyera en esquina con lo que además de dotar al inmueble de unos accesos adecuados, se le daría un aspecto más magnificente, para ello hubo que crear una nueva calle, posteriormente conocida como pasaje del Europa. En un principio se realizó un diseño en el que se instalaría una terraza de verano en la azotea, que realmente se construyó pero que nunca fue inaugurada, trasladándose esta a un terreno vecino de 42.000 pies, diseñado al igual por el Sr. Gutiérrez Soto, construyéndose a tal efecto un kiosco destinado a banda de música y café.


Alzado principal del cine Europa.

El inmueble se proyectó en cinco alturas más sótano, y se construyó en estructura de hormigón armado sobre un solar de forma rectangular de 17.000 pies de superficie por la Nueva Sociedad General de Construcciones. Para sus fachadas se utilizaría un refinadísimo estilo racionalista, influenciado sin duda por el alemán Erich Mendelsohn, que se reproduciría en varios edificios de la zona. Si bien en sus anteriores obras, el Cine Callao, la Flor o Atocha (al que dedicaremos capítulos con posterioridad) utilizó el clásico repertorio de las salas de proyección construidas hasta el momento, en esta ocasión Gutiérrez Soto, nos sorprende con la utilización simultanea de Art Decó y Expresionismo, que seguirá empleando con posterioridad en el Cine Barceló, obra culmen del artista. Las fachadas se habían construido con ladrillo fino, y revocados planos en color crema, creando paños lisos y estriados, impostas y huecos (Arquitectura teatral en Madrid) rematando la obra, su esquina coronada en la que se colocó la palabra CINE visible desde larga distancia.


Fachada lateral del inmueble.


Obras de construcción del Cine Europa.

El inmueble estaba constituido en dos partes diferenciadas, por un lado el bloque formado por el bar y billares, junto al vestíbulo de entrada donde iría inserta la escalera imperial que uniría todas las plantas y por otro lado el patio de butacas, anfiteatros y el amplio escenario.


Diversas publicaciones se hacían eco de la inauguración del inmueble.


Imagen del local recién inaugurado.

El bar funcionaba de forma completamente independiente al resto del inmueble, aunque tenía acceso directo desde este; estaba compuesto de tres plantas más sótano; en la planta calle, estaba instalada la barra de bar, desde aquí y por una escalera construida en uno de sus extremos, se accedía hasta la planta de entresuelo en la que había un amplio hueco con barandilla desde donde se podía ver la planta inferior, alrededor de este se habían colocado algunas mesas y sillas confiriendo a la estancia un perfecto rincón de tertulias ajenos a las miradas de los transeúntes. La escalera seguía subiendo hasta la planta primera, donde se instalaron los billares, una amplia sala que poseía un hermoso mirador a la calle de Bravo Murillo. En la planta de sótanos se instalaron los retretes y almacén del bar.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 224 de mi libro "Cines de Madrid"

4 de octubre de 2009

LOS CINES DE SAN BLAS

El barrio de San Blas nació prácticamente al final de lo que sería la ampliación de la calle de Arturo Soria, también conocida como segunda barriada de la Ciudad Lineal. El barrio estaba constituido principalmente por la suma de las catorce parcelas de promoción pública originarias del Plan de Urgencia Social de Madrid del año 1957 que conformaba la construcción de veinte mil nuevas viviendas.
Su operación más importante fue el Gran San Blas, que nació en 1958 de la mano de la Obra Sindical del Hogar. Compuesto inicialmente por cuatro parcelas, a las que con posterioridad se le añadirían el resto, poblados dirigidos, poblados absorción, colonias benéficas construidas los días de fiesta por sus futuros inquilinos, etc. constituyendo, en suma, un auténtico muestrario de "soluciones oficiales" al problema del alojamiento obrero.
Junto a estos grandes grupos de viviendas comienzan a nacer en los primeros años de la década de los 60, nuevas equipaciones, polideportivos, mercados, zonas industriales y como no, de recreo. El cine fue una de las grandes evasiones para estas familias que trabajaban para vivir.
En 1962 se construye el primero de los cinematógrafos del barrio, “El Simancas”, en la calle del Castillo del Madrigal de las Altas Torres nº 9.



Vista del conjunto del Cine Simancas y locales anexos.
Era una sala de barrio que ofrecía pases en sesión continua; el edificio era una amplia nave de estructura metálica, y fábrica de ladrillo, con cubierta de Uralita. Era el típico local cinematográfico libre de vecinos y con distribución muy funcional. Contaba con un vestíbulo de entrada donde estaban las escaleras de acceso al entresuelo, bajo estas se encontraban las taquillas, en la planta superior los aseos, el bar, y la cabina de proyección. El desalojo de la sala se hacía mediante dos puertas instaladas a ambos lados de la pantalla.


Una de las salidas de emergencia de la parte posterior de la sala.

Anexo al edificio se había construido una serie de locales comerciales, lo cual concentraba la vida social de la barriada. Años más tarde, exactamente el 14 de Julio de 1971, una boca de Metro abrirá a escasos metros de su puerta, tomando el mismo nombre que la sala, "Simancas". El local pertenecía a la Familia Reyzábal (Fortunato), aunque al final de su existencia fue arrendado a Concepción García Tomé. Cerró a finales de los años 80, y tiempo más tarde fue arrendado por el canal autonómico Telemadrid, donde instaló uno de sus primeros estudios de televisión, trasladándose con posterioridad a otro local del mismo circuito, “cine Texas” que habíamos mencionado en el capitulo anterior, para ello dejaron completamente diáfana la sala y suprimieron la zona de entresuelo convirtiéndola en control.


Fachada posterior en la actualidad.

Años más tarde también cerró y el local fue arrendado a la cadena de supermercados Día, donde en la actualidad tiene una de sus tiendas. El edificio conserva su fisonomía externa, los supermercados Día no resaltan principalmente por las inversiones realizadas en sus locales. La fachada simplemente se ha pintado en blanco intentando camuflar los huecos destinados a carteleras y taquillas.


Próximo programa "Maxi Día", no destacan por su elegancia. 

En 1963 abrió muy cerca del cine Simancas otra sala “El San Blas”, a pesar de esto, se le concedió la licencia de construcción en el año 1957 ya que los equipamientos de la zona no cubrían las necesidades de la misma. La sala que iría inserta en un edificio de viviendas fue diseñada por los arquitectos José María Castell García y Jaime Ferrater Ramoneda, y sería un verdadero coloso con 1.703 localidades repartidas en patio y anfiteatro. Se construyó la sala paralela a la calle del Castillo de Uclés, teniendo salida directa a dicha calle por un acceso instalado a la izquierda de la pantalla. El edificio de viviendas se levantó en diez alturas y la sala, que albergaba en sus sótanos una galería comercial, se construyó a modo de gran nave de hierro, forrada de ladrillo visto y con cubierta de Uralita. Fue el local de moda durante muchos años. Estaba construido en la misma calle de los Hermanos García Noblejas nº 79, junto al final de la línea de tranvías nº 70 que venía desde la Plaza de Castilla realizando el mismo recorrido que su sustituto el autobús.


El tranvia nº 70 al final de su recorrido, a su derecha el Cine San Blas.

La sala poseía una gran marquesina bajo la que todas las tardes, se hacía fila para comprar entradas de aquellos tan añorados programas en sesión continua. Traspasando las puertas de entrada una escalinata nos conducía al vestíbulo principal que tenía un hueco en su techo con balcón de la entreplanta. Estaba decorado con mármol, con columnas pintadas en estuco de tonos rojizos. Tenía dos escaleras de acceso a la entreplanta, una de ellas recta, con barandilla de cristal en el mismo vestíbulo, y otra junto a los aseos, que discurría en forma circular siendo muy suave su ascenso y descenso. En la planta superior bajo la rampa del entresuelo se encontraban los aseos y la barra de bar, muy amplia. Poseía además como hemos señalado anteriormente, una balconada al piso inferior que servía de acceso al ambigú con billares y futbolines.


Alzado y sección del cine San Blas.

La entrada al patio de butacas se realizaba a través de de tres grandes huecos con cuatro hojas, la sala era muy larga, y se estrechaba hacia la embocadura del escenario que se encontraba bastante alto. La sala estaba decorada con un laborioso trabajo de escayola que camuflaba la iluminación indirecta, y el sistema de aire acondicionado. La calefacción funcionaba mediante una caldera de carbón instalada en el sótano. Las paredes estaban decoradas con telas de color marrón, y las butacas eran de color rojizo, muy cómodas. El entresuelo tenía una rampa muy pronunciada con barandillas y parapetos de cristal, muy modernos. En las últimas filas del paraíso sobresalía la cabina de proyección a la que se accedía desde el vestíbulo del entresuelo.


Planta baja del inmueble.



Planta de cubiertas.

La sala tuvo un gran éxito y proyectaba incluso sesiones matinales los sábados y domingos. Su última etapa se llevó bajo la dirección de la empresa Bilbao S.A. hasta mediados de los 80, época en la que se cierra el local. Con posterioridad se utilizó como sala de conferencias, donde D. Enrique Tierno Galván dio algún mitin a los vecinos del barrio. Definitivamente cerró tras veinticinco años de carrera; más triste fue el recorrido de la galería comercial de sus sótanos que o bien no llego abrir y si lo hizo fue por un periodo muy corto de tiempo.



Vista de la fachada principal de la sala, y detalle de las ventanas del ambigú.


El patio de butacas visto desde la calle Castillo de Uclés.

Tras veinte años cerrado la sala fue derribada, demolición que se alargó durante unos meses y que dio momento para ver los entresijos del inmueble. En su lugar se levantó un moderno edificio de viviendas y en sus sótanos por fin se alberga un supermercado, Lidl, con más éxito que su antecesor. La entrada y gran parte del vestíbulo se conservan intactos bajo la torre de pisos original, cerrado esperando un nuevo uso.


La sala semidesmontada, ya sin tejado y huerfana de la pantalla.


Detalle de la estructura del edificio.


 


El graderio del anfiteatro aún con sus butacas puestas.


El espectáculo era dantesco, más aún cuando la cubierta golpeaba conta el anfiteatro.



Video de la demolición.


La demolición nos dejó ver la estructura que soportaba el anfiteatro.


Aspecto que presentaba el solar tras la demolicion, se dejaba entrever los dos vestíbulos del cine.


Una vista aerea actual, modernas viviendas ocupan el solar.

En 1968, en un solar más cercano a la Cruz de los Caídos, junto a la calle de los Hermanos Gracia Noblejas, concretamente la calle de Emilio Muñoz nº 9, nació una sala de verano conocida como “Cine Paraíso”. Era un recinto al aire libre con 1.200 localidades de aforo y que funcionaba 90 días al año. Era propiedad de D. Víctor Cristóbal López, y funcionó hasta mediados de los años 70. En la actualidad hay un edificio de oficinas y no ha quedado ningún rastro de él. No era una sala muy conocida en el barrio.
Por último en 1971, en la zona conocida como Gran San Blas nació un nuevo cinematógrafo, “El Argentina”, que poseía en su sótano un club de baile. Estaba en la calle de la Pobladura del Valle nº 21, junto a la boca de metro de San Blas, que se inauguró a la par que la sala. Era un edificio construido con estructura metálica y cubierta de Uralita, al igual que la de sus vecinos; era un inmueble destinado exclusivamente a este fin, sin edificios anexos, lo cual le proporcionaba ventajas en el aforo al no tener problemas de evacuación en caso de siniestro. La construcción estaba forrada externamente de chapas metálicas lacadas en blanco, dándole un aire muy moderno. Tenía un aforo de 1.384 localidades distribuidas en patio y anfiteatro, su distribución era muy similar a la del Simancas, y muy posiblemente su propietario fuera el mismo, formando circuito con el San Blas, Canciller y Ciudad Lineal, todos ellos propiedad de la familia Reyzábal. La sala funcionó hasta 1987, convirtiéndose posteriormente en sala de conciertos de música Rock-Heavy, con el nombre de Canciller II, progenitor que ya había sido clausurado en la calle Alcalde López Casero, bajo el cine Canciller. Por el pasaron grandes artistas del Heavy Metal, a pesar de su gran éxito cerró y fue derribado a finales de los 90. En su lugar se construyó un edificio de viviendas.


Al fondo a la derecha se ve parte del Cine Argentina.


Dos imágenes del mismo angulo con 25 años de diferencia.

Autor: David Miguel Sánchez Fernandez.

Fuentes:


- Madrid y el Cine. Pascual Cebollada y Mary G. Santa Eulalia. Comunidad de Madrid 2000.


- Madrid. Revista Espasa Calpe. Distrito San Blas. 1975


- Google Maps.

- Wikipedia enciclopedia libre. es.wikipedia.org
- Mapas y visores geograficos QDQ

13 de septiembre de 2009

EL TEATRO-CINE PAVON ( No estaba muerto, estaba de parranda)

En alguna ocasión hablé de D. Luis Gutiérrez Soto, arquitecto de cinematógrafos como el Europa o el Barceló, dándole el honor de padre de los grandes locales de la capital, quizás no recordé a el otro gran genio, autor del edificio al que dedico hoy estas líneas. Estoy hablando de Don Teodoro Anasagasti, arquitecto y artífice de grandes obras como el Real Cinema o el Monumental.

Cuando el Sr. Anasagasti proyectó este cinematógrafo, ya había realizado estos otros dos locales anteriormente citados, por lo cual se apoyaba ya sobre una fuerte cimentación en este campo. Sería en la primera mitad de los años 20, cuando ante la fuerte demanda de estos locales se le encarga D. Francisco Pavón a este genio la construcción, un nuevo edificio sobre un solar de planta irregular, sito en la calle de los Embajadores nº 11 c/v a la de Dos Hermanas.

Vista del edificio recien terminado.

Abrió sus puertas en el año 1925 con la asistencia de su majestad el Rey D. Alfonso XIII. El inmueble se elevó en tres alturas y estaba coronado en una de sus esquinas con un torreón publicitario emblema de las salas de espectáculos. La estructura se realizó en hormigón armado, lo cual permitió dar una distribución prácticamente diáfana al local, ya que en el patio de butacas había cinco pilares que soportaban el piso del entresuelo. La cubierta se realizó con cerchas de hierro y se cubrió de teja plana. En un principio contaba con un aforo total de 1800 butacas, que fueron reducidas con el paso de los años, repartidas en patio, entresuelo y palcos.

Fachada lateral del edificio y seccion.

Sus fachadas, tenían influencias de sus dos antecesores, a las que se les añadió un rotundo estilo Art-deco con aires alemanes, holandeses y vieneses, que rompía con una magnífica nota de color, especialmente en su fachada principal que estaba adornada con un espectacular esgrafiado naturalista. Puertas, ventanas, y barandillas componían una verdadera obra modernista que abrió sus puertas en 1925.
Vista principal del inmueble hacia 1925.

La entrada a la sala se hacía a través de dos grandes huecos adintelados sobre los que prevalecía un cuerpo volado rectangular al igual que en el Monumental y el Real Cinema. Tenía un magnífico vestíbulo de donde arrancaban dos escaleras de acceso a las plantas superiores y dos puertas de entrada al patio de butacas. Este a su vez tenía otras dos puertas de salida directa a la calle Dos Hermanas y un tercer hueco de salida del entresuelo.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 214 de mi libro "Cines de Madrid"


24 de agosto de 2009

LOS CINES DE LA CARRETERA DE ARAGON ( Ventas - Cruz de los Caidos )

Es muy difícil enumerar todos los cines que hubo en la capital, algo no del todo imposible. Pero muchos de ellos tuvieron una vida efímera y eran simples naves acondicionadas al efecto, con lo que los datos técnicos no aparecían en ninguna memoria, ni publicación de la época, cosa que complica aún más la hazaña. Ya solo me quedaba el trabajo de calle, el boca a boca, con lo que muchos de los datos quizás no sean del todo ciertos, no por ello vamos a dejar de contarlos.

Mi barrio, Pueblo Nuevo, surgió en los laterales de la antigua carretera de Aragón, más allá de las Ventas del Espíritu Santo. Principalmente fue una zona donde se establecieron gentes venidas de todos los rincones de la geografía española. Las calles las formaban pequeñas construcciones unifamiliares, en las que en ocasiones se agolpaban más de una familia, en casi todas con más de un benjamín. Cuando ya en Madrid funcionaban muchos barracones e incluso algún local construido al efecto, se realizaron las primeras proyecciones en la zona. Fue en el parque de diversiones de la Ciudad Lineal, allá por los años 20, cuando en un teatro al aire libre se proyectaron películas mudas, ni que decir, que las gentes del barrio de Pueblo Nuevo, no tenían el "parné" para alcanzar tan exquisito manjar.


El Kursall de la Ciudad Lineal, al fondo la pantalla de proyección.

- CINE LOS ARCOS - 1934

En la calle Florencio García n.º 2, junto a la carretera de Aragón casi en el comienzo de la entonces Ciudad Lineal, nació en el año 1934 una pequeña sala conocida como CINE LOS ARCOS que muy pocos recuerdan, ya que debió desaparecer en la década de los 50. Según cuentan era una sala modesta compuesta tan solo de patio de butacas con aforo de 392 localidades, que proyectaba películas en sesión contínua y cuyo propietario fue D. Antonio Catena. Con posterioridad se transformó en un almacén hasta su demolición en los años 60.

Tubo que ser pasada ya la guerra civil, cuando comenzaron a florecer junto a la antigua carretera de Aragón, los primeros locales construidos al efecto y enfocados principalmente a la clase obrera. Los años 40 dieron paso a varias salas "importantes" dentro de su localización. Al parecer en esta época, un cinematógrafo era una gran inversión y quien llegase el primero tenia mas posibilidades de llevarse mejor tajada.

- CINE MUNDIAL - 1947

Fue D. Pedro Miguel Grúas el que mandó construir en la misma Carretera de Aragón n.º 168 ( hoy Alcalá 382 ), un magnífico edificio destinado únicamente a Cinematógrafo, al estilo de los de la capital, dotando al barrio de las comodidades de estos, y desdeñando las pasadas naves convertidas en sala de proyección, lo llamó CINE MUNDIAL y fue inaugurado en Febrero de 1947. Se levantó en cuatro alturas más sótano y contaba con un aforo de 660 butacas repartidas entre el patio y el anfiteatro. Tenía además un ambigú, zonas de tránsito y aseos. Destacaba principalmente en su fachada dos volúmenes metálicos triangulares que recorrían las tres alturas superiores dando un aspecto más estilizado y aerodinámico. El edificio construido con estructura de hormigón armado, tenía una fuerte rampa de anfiteatro y gracias a los materiales se logró dejar un hueco en vano de casi 13 metros de longitud sobre el patio de butacas. En la planta calle, el vestíbulo principal solado de mármol con paredes estucadas y detalles de escayola en techos y zócalos de los tres huecos que conducían al patio de butacas. A uno de los lados del vestíbulo se encontraba la escalera con acceso al sótano donde estaban los aseos y el grupo electrógeno de emergencias actuado por fuel, y subían hasta llegar al ambigú de la planta principal. El suelo estaba formado por pequeñas teselas en tonos grisáceos; aquí se instaló una amplia barra de bar, junto a esta dos huecos nos conducían al anfiteatro que como detallamos anteriormente tenía una rampa muy pronunciada que nos elevaba hasta la segunda planta destinada a aseos y zona de descanso. En un lateral había una puerta, y tras esta una escalera que se desarrollaba en forma de "L" nos llevaba hasta la planta tercera destinada a oficina y cabina de proyección. Toda la sala estaba pintada en verde, decorada con abultados en escayola en tonos dorados y rematada por una bóveda donde pendía una hermosa lámpara de araña. A este cinematógrafo, abanderado en la zona por su comodidad y envergadura, le nació un competidor a escasos 300 m. ,el CINE LEPANTO, razón por la que el propietario del Mundial le interpuso una querella que finalmente no valió de nada.

Boceto de la fachada del Cine Mundial .

El cine Mundial estuvo en funcionamiento hasta 1980 fecha en la que se reconviertió en una sala de juegos recreativos, transformando mínimamente su fisonomía , queriendo dar al negocio cierto aire HOLLIWODIENSE, decorando todo el local con imágenes de grandes films americanos, y colocando junto a la puertas de entrada los dos grandes proyectores OSSA utilizados en su época de cinematográfica. El negocio no llegó a abrir sus puertas, muy posiblemente debido a la falta de salidas de emergencia en caso de siniestro, ya que se encontraba encajonado entre dos fincas y la única salida era la misma que la entrada. Tras veinte años cerrado en los que el agua, los vándalos y los años hicieron mella, destruyendo parte del mobiliario, se realizó una obra de envergadura en el local, dejando diáfana la planta baja, y derribando la entrada, la escaleras y todo el patio de butacas. Este fue dividido longitudinalmente en dos locales, el primero ocupando la mitad de la fachada en planta baja, destinado a perfumería "GILGO" y la otra mitad simétrica se transformó en un restaurante "RODILLA", el cual actualmente ocupa además de la planta baja toda la zona anteriormente dedicada a ambigú y bar de la planta primera donde se instalan los vestuarios, los aseos, el puesto de control y el comedor del restaurante, al cual le dotan de más iluminación abriendo huecos de escaparate y evacuación a la calle de Alcalá. El resto del local es un misterio ya desvelado. Al fondo de un almacén hay una trampilla que comunica directamente con el antiguo anfiteatro, estando toda su decoración, las bancadas a falta de las butacas, las paredes decoradas en verde y la bóveda del techo desprendida de su lámpara. En lo alto de la rampa dos huecos de puerta hoy libres de ellas nos llevan hasta un espacio congelado, un vestíbulo desierto, húmedo y con mucha historia, con sus ventanas opacas que tamizan la luz del exterior y su suelo de teselas grisáceas, en un rincón aún sigue la escalera que nos lleva hasta el corazón del cinematógrafo, una triste habitación donde en su día estuvieron los proyectores y que nos deja ver a través de los huecos de proyección parte de la sala y hasta la pantalla, rasgada en su mitad con el telón subido como esperando el final de la película.

El local en la actualidad .
Vista aerea de la zona, en el centro de la imagen el tejado del patio de butacas .

- CINE VENTAS - 1949
El 22 de Octubre de 1949, con el programa en sesión continua “Botón de Ancla” y “Pensión Histórica” inaugura el mismo empresario del Mundial, otro local, esta vez muy cercano a las Ventas del Espíritu Santo, de hay su nombre, el CINE VENTAS.Era un edificio pequeño, construido en una esquina en la carretera de Aragón n.º 22, contaba solo con butacas de patio y tenía un aforo de 500 localidades, al parecer la pantalla estaba situada en uno de los ángulos interiores del solar dando así más amplitud al recinto formando un patio en forma de abanico. Cerró en el año 74 cuando se realizaban las obras del puente sobre el arroyo Abroñigal, muy pronto sustituido por la M-30.

Imagen coloreada de la zona, se intuye el tejado del Cinema Ventas .

De estos tres cinematógrafos fue jefe técnico D. Pablo Gracia Franco, con especial dedicación a los dos primeros. Su propio hermano Rafael, me contó que en el cine Los Arcos, en la época de la pos-guerra eran frecuentes los cortes de luz, y debido a esto la proyección se paraba. El publico conocedor del fallo, amigos y vecinos en general que ocupaban la sala, cantaban acompasadamente “Si vas al cine los Arcos y se va la luz, llama para que vuelva, a Pablo el andaluz” .

- CINE LEPANTO - 1950-1953
Como hemos citado anteriormente el Cine Lepanto construido en el n.º 178 de la Ctra. de Aragón ( actual 376 de Alcalá ), se levantó a menos distancia de la permitida para la instalación de locales cinematográficos, que era de 400 m. de su vecino el Cine Mundial. El local que tenía entrada por un edificio de viviendas aún en construcción en el momento de su apertura, poseía un vestíbulo estrecho pero muy alargado que nos conducía hasta el ambigú donde estaba instalado el bar y desde donde a través de cuatro huecos se acedía a la sala con aforo de 1000 butacas, que se repartían en una ancha sala decorada con buen gusto y con una fuerte pendiente hacia el escenario, pintada también en tonos verdes y con salida directa a través de 4 puertas de emergencia a la calle transversal de Campuzano. En la planta sótano los aseos, en la superior la cabina y las oficinas. Debido a la intervención del propietario del Mundial y a que el inmueble aún no estaba completamente terminado, la sala fue clausurada, demorando su apertura hasta febrero de 1953. Sus propietarios fueron D. Manuel García Vidal, Cinematográfica Lepanto y la Constructora Campuzano. El local sufrió un aparatoso incendio el día 31 de Agosto de 1968, en el que se destruyó parte del patio, el escenario y la techumbre sin causar daños personales. Meses después prosigue su andadura, hasta el año 1980 en el que cierra definitivamente para transformarse en salón-restaurante para celebraciones, conocido como “Salones Capitolio”, para ello se realizó el vaciado de la sala convirtiéndola en dos plantas, una de ellas semisótano, instalándose un total de 4 salones; en la parte posterior en la zona de proscenio, se establecen las cocinas, funcionó hasta finales de los 90. Después de un largo tiempo sin servicio, ya en el año 2005 es completamente remozado, desmontándose incluso toda la cubierta de teja plana para convertirlo como no, en la “gran enfermedad de los locales cinematográficos” ZARA, que junto con sus amigos BRESCA, STRADIVARIUS, H&M, SFERA, PINKI o VIPS (no vamos a dejarle olvidado) arrasan con todo local de grandes dimensiones. Reconvertido exterior e interiormente, terminó hasta con la “C” de Cine que sirvió también de Capitolio que lucía en una de las calles laterales.
Vista aérea de la zona en la decada de los años 50.

En la parte posterior del cine Lepanto, y conformando la esquina con la calle de Amos de Escalante, en un solar muy estrecho pero alargado, abrió simultáneamente la empresa, un cine de verano con el mismo nombre, el cual funcionó muy poco tiempo ya que unos años después las construcciones vecinas se elevaron por encima de sus muros y la zona no era hábil para dicho fin. Estuvo abandonado hasta los años 90. En él se habían realizado algunas pequeñas construcciones para servicio del cine, que con posterioridad sirvieron de almacén para los salones de bodas. En el solar crecieron diversos árboles entre los que cabía destacar un magnífico ejemplar de níspero que florecía y daba frutos un año tras otro. Desapareció todo de un plumazo dejando ver entre las ruinas la pantalla en uno de sus laterales; en la actualidad hay un edificio de viviendas.

Dos imagenes del edificio cuando aún era los Salones Capitolio.
Vista aerea de la zona, en el centro la gran nave del patio de butacas.


Dos imagenes del local en la actualidad.

- CINE ARAGON- 1954

El 8 de Febrero de 1954, abrió en la Ctra. de Aragón 124 ( actual 334 de Alcalá ), otra sala con el nombre de CINE ARAGON en honor a su localización, con el programa en sesión contínua “Al diablo la celebridad” y “Mundos opuestos”. Estaba inserta en un edificio de viviendas y tenía una amplia fachada en donde colocaban sus carteleras. La entrada estaba precedida de unos peldaños que nos daba paso a un alto vestíbulo con dos escaleras, una en cada extremo, bajo una de las cuales se encontraban las taquillas. Cuatro huecos daban paso a la sala, con pendiente hacia la pantalla y un alto techo de escayola. Estaba decorado en tonos rojizos y tenía un aforo de 1500 butacas repartidas entre el patio y el anfiteatro. En la parte superior un amplio salón de descanso y el bar, junto al que estaban instalados los retretes, frente a estos, dos pasillos nos conducían al anfiteatro que se desarrollaba vertiginosamente hasta llegar a las ventanitas de proyección. Era una sala muy acogedora, y la que yo más recuerdo por mi edad, a la que fundamentalmente acudía los sábados y domingos por la mañana a una sesión infantil con mi padre, al que cambié con posterioridad por mi amigos. Recuerdo especialmente la cola que se formaba frente a su puerta y que llegaba a doblar la esquina de la calle Los Urquiza, donde muy acertadamente se estableció un puesto de pipas, donde cargábamos provisiones, aunque un cartel en sus puertas rezara, “prohibido el paso de alimentos a la sala”, nosotros los escondíamos como podíamos hasta flanquear la figura del acomodador. Nunca olvidaré “Regreso al futuro”, sesión a la que acudí con mi amigo Gustavo y su hermano Luis Antonio, aquella tarde de sesión contínua no numerada, nos levantamos al aseo y cuando volvimos no teníamos sitio, terminamos viendo la película en las escaleras del paraíso, eran otros tiempos, volvamos a la tierra.
En 1997, durante la proyección de la película “Rescate” un incendio llenó la sala de humo e hizo desalojarla. Los daños materiales fueron cuantiosos. El local permaneció cerrado hasta Agosto de 1998, fecha en que reabre completamente reformado con una sola sala con aforo para 550 espectadores, contando con varias butacas convertibles en una sola especial para parejas. La complicada evacuación del local, obligó a suprimir parte del patio de butacas para convertirla en salida de emergencia, el vestíbulo fue acortado dejando solo una de las escalera de acceso, se instaló una nueva tienda de chucherias-sacacuartos en la planta baja con acceso desde la misma calle Alcalá, y el local a pesar de no reconvertirse en mini-salas perdió el encanto del pasado; aguantó viento y marea pero la crisis pudo con él. Era triste ver que en la sesión de las 7 de un sábado, tan solo cuatro parejas de jubilados que acudían a la proyección, una sala con todos los avances del momento y una localización perfecta. En Agosto de 2005 tras la proyección de “Ninnete” el cine Aragón cerró para siempre. Luego llego la descomposición y esta vez el Corte ngles, a la cabeza con SFERA nos dejó huérfanos de él, en un final al que todos contribuimos.

El cine Aragón antes de su cierre.

El local en la actualidad.
- CINE IBERIA - 1956
En el año 1956 abre en la actual zona de el Carmen, otra sala localizada en el n.º 51 de la carretera de Aragón. Su vida fue corta a pesar de que el local había sido construido exclusivamente para el objeto y era una sala acogedora y moderna. Se levantaba en tres alturas y poseía una sala con aforo para 1034 butacas, distribuidas en patio y anfiteatro. Contaba además con un cine al aire libre instalado en un solar anexo. Desapareció fugazmente en Noviembre de 1963, debido quizás a la continua explotación inmobiliaria de la zona, en un corto periodo de tiempo, fue sustituido por un edificio de viviendas.

Fotografia aerea de la zona en los años 50 .
-CINE TEXAS- 1960
En la floreciente zona de Pueblo Nuevo se construye otro cinematógrafo en un patio de manzana. Tenía acceso desde la calle de José del Hierro n.º 37, a través de un amplio vestíbulo que nos conducía a la sala con un aforo de 1122 localidades repartidas en patio y anfiteatro. Llevado a cabo por el arquitecto don Cecilio Sánchez Robles, con la colaboración del aparejador Juan Ramón Angulo, el local abrió sus puertas en 1966, para su construcción se habían utilizado materiales de primera calidad, en escaleras y vestíbulos la decoración se realizó con mármol de color negro, los techos todos de escayola gozaban ya de sistemas de aire acondicionado y calefacción por aire caliente. Todo el suelo del patio se forró de “sintasol”, pavimento plástico de gran resistencia que comenzaba a utilizarse con frecuencia en este tipo de locales. La sala se había decorado toda en color rojo y era hasta el momento la más cómoda y confortable de la zona. El cine era propiedad de D. Fernando Reyzabal, familia que terminaría consiguiendo el monopolio de una gran parte de las salas madrileñas de la época.
Fachada del local recien inagurado.

Una vista del anfiteatro.
El cine cerró el día 7 de Enero de 1981 para convertirse en una discoteca, final que terminaban teniendo en esta época las que no se habían transformado en bingo, salón de bodas o permanecían olvidadas esperando su reforma. La discoteca se llamó “Scaler” y fue un local muy frecuentado. El anfiteatro se dividió del patio por una mampara de cristal lo que le permitió tener dos pistas diferentes en un mismo espacio. La discoteca no duró más de cinco o seis años, después de un periodo de inactividad el local se desmanteló y se dejó diáfano, se le añadió otra nave almacén en la parte posterior y él se estableció “Telemadrid” en sus inicios, con posterioridad lo ocupó “Canal 7 Televisión” en aquella época en la que no llegó a despegar. Luego se usó de estudios televisivos hasta que no hace más de dos o tres años, se ha convertido en “Ahorramás” el súper del Barrio, como dice su publicidad. Uno más que pasó a mejor vida. Junto al cine se instaló una cafetería “Flor de Texas” pre-sesión que todos los días se veía desbordada por la masiva asistencia de público, en el otro extremo una pequeña tienda de frutos secos “El Castillo” , dos negocios que le iban que ni pintados. En la actualidad aún se mantiene los dos.

El local cuando lo acupaba el Canal 7 de televisión.

Vista aérea del patio de butacas.

- CINE LAS VEGAS - 1960

En la prolongación de Arturo Soria, calle de los Hermanos García Noblejas 17, hizo aparición una nueva sala, se trataba del CINE LAS VEGAS. El local se estableció en un patio interior y se efectuaba su entrada a través de un amplio vestíbulo de donde arrancaban las escaleras del anfiteatro. La sala era muy amplia con capacidad para 1387 localidades y tenía una fuerte pendiente construida en madera que se desarrollaba a favor de la pantalla. Se cerró el 22 de Noviembre de 1989, siendo uno de los últimos en caer de la zona y tras un largo periodo se abrió como sala de Bingo, actividad que ocupa en la actualidad. Un dato curioso es que el local cuenta todavía con salas de cine, instaladas en la planta primera, que nunca se han abierto, quizás por la fuerte presencia de CINE-BOX, rival sin competencia.

Fachada actual del bingo Las Vegas.
Vista aerea del cine Las vegas.

- CINE CANCILLER –1964

Porqué no decirlo, para muchos el más querido de los cines del barrio, contaba además con una magnífica sala de fiestas en sus sótano, inolvidable para nuestros padres y que hizo las delicias de más de otro heavy en la década de los 80. El inolvidable “Canci” se construyó inserto en un edificio de viviendas en el próspero barrio de la Concepción, o como decía su publicidad, “Final de la Avenida Donostiarra”, concretamente en la calle Alcalde López Casero n.º 15. Abrió sus puertas en 1964 y era un local con 1290 butacas de aforo, con salidas directas a la calle en caso de siniestro, siendo propiedad de la Cinematográfica Canciller. Era un local elegante, decorado al gusto de la época, con un gran anfiteatro y un mayor patio de butacas. ¡Qué colas se llegaban a formar en sus puertas!. En 1987 cerró y en 1989 volvió a abrir reconvertido en 5 mini-salas con aforos de 233 butacas, 197 butacas, 128 butacas, y dos salas simétricas de 190 butacas. Al principio funcionaba bien, pero al igual que el Aragón se fué apagando poco a poco hasta que en el verano de 2007 sin más explicaciones, no volvió a abrir. Hay asociaciones que intentan proteger el inmueble para su uso cultural pero no se ha sabido nada al respecto.

Vecinos sorprendidos por el cierre inesperado de la sala.

Dos imágenes de la Sala Canciller en los años 80.
- MINICINES ALCALA-NORTE CINE-BOX -
La madre del cordero, el causante de la muerte de sus compañeros, y disculparme que no me gusten los mini-cines, creo que son fríos e impersonales, antes recordabas la película y el local, mañana no sabrías si la viste en UGC Cine Cite o HERON City, son todos iguales. Estos mini-cines de la cadena CINE-BOX se establecen en la segunda planta del centro comercial Alcalá Norte, erigido sobre un polémico terreno. Sobre ellos no voy a extenderme, nada más mencionar que cuenta con cinco salas, y servicios de cafetería y restaurante, el gran negocio del cine. Y quien quiera saber más.... que valla y los vea, es lo único que nos queda .
Fuentes:
-MADRID Y EL CINE, Comunidad de Madrid, Madrid, Pascual Cebollada y Mary G. Sánta Eulalia.
- Callejero fotografico QDQ http://es.qdq.com/scripts/QDQCallejero.aspx
- Especial agradecimiento a Juanjo de Urbanity.es en su foro de Madrid al Cielo
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