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27 de junio de 2010

EL CINE VALLEHERMOSO. (Una pequeña sala de barrio).


En un solar de la calle de Donoso Cortes nº 22, propiedad de D. Enrique Pardo, se construyó en 1944 una pequeña sala de barrio que iría inserta en un edificio de viviendas para alquiler. El proyecto que corrió a cargo del arquitecto Manuel López-Mora sería una sencilla construcción, simétrica y que serviría de ejemplo a muchas otras que se desarrollarían con el mismo esquema. El edificio que se alzaría en seis altura más baja, se construyó enteramente de hormigón armado, cubierta de madera y teja plana. Cada planta sería ocupada por dos viviendas, en régimen de alquiler, dejando el hueco para escalera en el centro del edificio. La entrada al cinematógrafo se realizaría desde cuatro huecos situados a ambos lados del portal simétricos y que formaban un pequeño porche de entrada al local donde se encontraban las taquillas.


Fachada principal del Cine Vallehermoso recién inaugurado.

Traspasando el porche accedíamos indistintamente por el lado derecho o izquierdo hasta el vestíbulo, que se encontraba completamente revestido de mármol, al igual que las escaleras, que se encontraban instalas simétricamente a ambos lados de la estancia. Bajo los tiros de escalera se instaló el guardarropa, ocupando muy poco espacio y quedando en un lugar muy accesible. Los techos eran altos y estaban decorados con pequeñas molduras de escayola coloreadas.


Detalle del lado derecho del vestíbulo del Cine Vallehermoso.

El acceso a la sala se hacía a través de cuatro puertas que formaban un grupo central, tras ellas, dos largos pasillos en pendiente que llegaba hasta el escenario. El suelo del patio era de madera y tenía muy poca inclinación hacia la pantalla, a pesar de lo cual la visión era perfecta desde todas las localidades.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 281 de mi libro "Cines de Madrid" 

13 de junio de 2010

EL CINE MADRID-PARIS O IMPERIAL. (Un pequeño local con mucha historia.)

 
En el mismo tramo de la Gran Vía que tratamos en el capítulo anterior, conocido en aquellos momentos como Avenida de Pi y Margall, se construyó el mayor edificio de la gran avenida en el que iría inserto nuestro cine Madrid-Paris, pero antes de comenzar a describir el local, deberíamos remontarnos unos años atrás para conocer la historia del edificio.
Corría el año 1920 cuando el arquitecto Teodoro Anasagasti junto con el ingeniero Maximiliano Jacobson, presentaron un proyecto ante el Ayuntamiento de Madrid para la construcción de un nuevo inmueble correspondiente al nº 10 de la Avenida de Pi y Margall, manzana K, a cargo de la Compañía francesa de Grandes Almacenes Madrid-Paris. Algunas personas afirman que este proyecto realmente fue realizado por el francés Charles Siclis autor del teatro Pigalle de Paris, dejando simplemente la firma al Sr. Anasagasti. El grandioso edificio que como hemos señalado anteriormente ocuparía prácticamente la totalidad de la manzana K, se alzaría en seis alturas más torreones y sería construido con estructura de hormigón armado. Las obras comenzarían en el año 1922 y no se concluirían hasta 1924, teniendo que adquirir algunas viviendas aún existentes en el solar, como la nº 40 de la calle Mesoneros Romanos, y las nº 19, 21 y 23 de la calle de Desengaño que fueron derribadas, conservándose en el solar la nº 25 que pasó a formar parte del nuevo complejo.  El edificio propiedad de la Sociedad Francesa de Grandes Almacenes Madrid Paris, instalaría en este inmueble la primera superficie comercial dedicada a la venta de artículos de todo tipo, donde además de comprar se podía mirar, aunque hay que reseñar que ya existían en Madrid otros locales de este tipo, pero que fundamentalmente se dedicaban a la venta de géneros textiles, como los Almacenes Simeón de la Plaza de  Santa Ana, o algunos otros que florecían a la par, dejando en segundo plano a los pequeños negocios de confección que encabezarían la lista como la sastrería y confección para niños “El Corte Ingles”.


Una imagen del proyecto de los Grandes Almacenes Madrid-Paris.
 

Imagen  de la construcción muy avanzada del inmueble.

El edificio debía estar a la altura del negocio que pretendía ostentar, estaba dirigido principalmente a gente aburguesada y capitalista, para lo que no se escatimó en detalles de buen gusto. El edificio se realizaría alrededor de un gran patio hall culminado con una cúpula acristalada que inundaría de luz las dependencias y donde se instalaría la gran escalera de estilo imperial que daría servicio a las plantas baja y principal, dejando el resto del edificio para oficinas de alquiler y las propias de la compañía.

         

Dos imagenes de la contrucción del patio del edificio.

El inmueble que se alzaría en seis alturas en su fachada principal y cuatro en la posterior, contaba con una gran zona porticada donde se instalaron los amplios escaparates en los que se lucirían los artículos más relevantes y a los que si no se alcanzaba para ser comprados al menos se podía soñar con ellos.
El edificio se inauguró el día 4 de Enero de 1924 con la asistencia de S.S.M.M. el Rey Alfonso XII y la Reina Victoria Eugenia para lo cual el local se engalanó luciendo en todo su esplendor. Suelos de mármol, magníficos trabajos de escayola y forja, y una gran selección de productos tan solo al alcance de la realeza y unos pocos más.


Los grandes almacenes Madrid-Paris recién inaugurados.


Llegada de S.S.M.M. a los grandes Almacenes.


Sus majestades los reyes de España en la escalinata principal del local.


Una imagen muy deteriorada de la cúpula de los grandes almacenes.


  Dos artículos publicitarios de los nuevos grandes almacenes.


Vista del hueco interior del edificio y la escalera a lo imperial que daba acceso a las diferentes dependencias del local.


 Plano de la planta calle del edificio destinado completamente a tienda.



Planta de sótanos destinada en parte a tienda y a diferentes servicios del negocio.



Planta principal destinada en toda su superficie a exposición de artículos.

Como hemos comentado, el resto de las plantas se destinaban a oficinas, siendo parte de ellas de alquiler. Quizás la apertura de este negocio no llegó en su mejor momento, quizás empujada por la novedad pero equivocadamente dirigida a un público elitista en un país de grandes revueltas e inestabilidad económica. Los primeros años del negocio fueron nefastos y no consiguieron tener beneficios hasta trascurrido un tiempo cuando fueron aplicadas nuevas tácticas de venta como el redondeo, a pesar de lo cual la compañía se vio obligada a arrendar en el verano de 1925 parte del edificio, concretamente las plantas más altas del inmueble, a una emisora radiofónica, Unión Radio. La emisora instaló en su azotea dos altas antenas emisoras que hacían llegar las ondas cortas a la capital que se rendía a sus pies.


 Las dos altas antenas de Unión Radio en la azotea de los Grandes Almacenes.


Otra imagen tomada desde lo más alto de una de las antenas hacia 1925.
Obsérvese en la imagen el edificio contiguo donde estaba el Teatro Fontalba y el siguiente aún sin construir, donde iría la futura Compañía Telefónica.


Los almacenes Madrid Paris, el teatro Fontalba y el edificio de Telefónica en 1930.


Instantánea que inmortaliza la vida de la Gran Vía Madrileña frente a los Grandes Almacenes Madrid Paris.


Los almacenes Madrid Paris en su ultima epoca usando nuevas tácticas de venta.

Como hemos relatado el negocio tenía grandes altibajos lo que obligó a la compañía al cierre del negocio en 1933 y división del local en varios espacios. La obra de reforma sería llevada a cabo por el propio Anasagasti que presentó un proyecto para cerramiento de los soportales de la planta baja, que fue rechazado en primera instancia teniendo que ser modificado para conseguir su aprobación. De esta manera se ganarían algunos metros más de zona útil. El edificio tras su división quedó fraccionado de la siguiente forma.[...] 

El resto de la información la podrán encontrar en la página 97 de mi libro "Cines de Madrid"